La fisura

En esta obra, el cuerpo transita un territorio incierto donde los sueños y la vigilia se entrelazan. Las imágenes oníricas emergen, se confunden, se superponen a la realidad cotidiana, y en ese cruce, nace una nueva forma de habitar el movimiento. No hay límites claros: lo real y lo soñado coexisten, se influyen, se desdibujan.
El escenario se convierte en un espacio de tránsito entre dos mundos que dialogan constantemente. Los cuerpos, atravesados por ambas dimensiones, se potencian, se transforman y dan lugar a una construcción coreográfica que explora la ambigüedad, la multiplicidad y la potencia de lo incierto.
Es un viaje donde la duda es motor y el cuerpo es lenguaje, una búsqueda entre mundos que ya no se pueden separar.
Una construcción coreográfica hecha de fragmentos, visiones, ecos.
Un tránsito entre dimensiones,
donde cada paso abre una fisura
y por esa fisura
nos caemos adentro.