Esperando a Godot

¿Te fuiste lejos?
E: Hasta el borde del precipicio.

Beckett es un francotirador en este siglo. Nos tiene en la mira y solo podemos respirar. El humanismo en el cruce de caminos. Todo se confabula para encontrar un tiempo de vida con el otro. Es verdad que es nihilista, que nos lleva a la desesperanza. Pero también nos permite luchar para defender la vida, defender al otro, aferrarse al tiempo que nos tocó.
Queremos la vida, nos calma la rutina, nos entusiasma el futuro. Pero desconfiamos del otro, como del tiempo, como de las palabras, como del pensamiento.
Esperando a Godot es una apuesta. Pero que nos costará una libra de carne. Esperando a Godot es la llave hacia el presente distópico en nuestra argentinidad. Febo asoma y seguimos abrazados al árbol del camino sin retorno.
Hacemos Esperando a Godot porque no tenemos más motivo que la defensa del compatriota en peligro.