Antonia desea pasear por el prado

Antonia duerme en un limbo en el que se la puede ver y juzgar desde cualquier parte del mundo. Todos conocen su historia. Pero ¿saben realmente quién es esta mujer? ¿Conocen sus deseos, anhelos y frustraciones? No, sólo conocen la imagen que la sociedad ha construido a su alrededor.
Maria Antonieta es exiliada junto a su compañero Luis, y a todo el protocolo que configura su dia a dia, y son situados dentro de este espacio absoluto donde estan condenados a sobrevivir la rutina.
¿Podrá Antonia liberarse de las etiquetas que la encarcelan? ¿O será condenada a repetir este ciclo que puede durar un día, una década, treinta y siete años o una eternidad?
Los engranajes no pueden parar, la rutina debe continuar, el corset y el tocado tienen que estar en el punto justo, y la pastelería fina debe combinarse con el aroma del té.
Luis va a hacer lo que sea necesario para evitar que todo se desmorone y que la figura de esta mujer no deje al descubierto escándalos. Todo debe representar el orden real establecido. Tal vez ni siquiera se le permita perder la cabeza y caer en un sueño profundo que finalmente podría liberarla.