Lejos de Moscú

Hace un año que Prózorov ha muerto, dejando a sus hijas ancladas en la capital de provincia a la que había sido destinado. Una ciudad atrasada y poco culta en la que su educación y sus habilidades sociales resultan “un apéndice inútil”. Las hermanas planean volver a vivir en Moscú, la ciudad en la que han sido felices. Allí, sueñan, su hermano Andréi obtendrá una cátedra en la Universidad, Olga podrá dejar su empleo e Irina trabajará y conocerá el amor. Pero año tras año, la esperanza de ir a Moscú se desvanece: Andréi deviene jugador, tiene un puesto menor en la municipalidad, endeuda a la familia e hipoteca su casa, Olga sigue atrapada en un trabajo que desprecia, Masha, que encontraba consuelo de su matrimonio desgraciado en brazos de Vershinin, asiste al traslado del militar y la pequeña Irina se compromete a un matrimonio sin amor mientras Natasha, esposa de Andréi, se impone en la dinámica familiar, sojuzgando y humillando a los hermanos Prózorov. Vencidas, hacia el final de la obra las tres hermanas se aferran a la vida como sobrevivientes de un naufragio, abandonadas en una costa muy lejos de Moscú.