El descenso de Orfeo a los Infiernos

Opera de Marc Antoine Charpentier (1686)

Orfeo o la seducción de la música.
Pequeña joya dramática llena de encanto y seducción musical, la pieza de Charpentier recrea el mito de Orfeo y Euridice a través del refinamiento sonoro y escénico. Solos, dúos, trios, coros y danzas apelan a una infinidad de recursos para reforzar el sentido dramático y emocional del drama: la irreversibilidad de la muerte. Violas da gamba, violines, flautas, tiorbas, violoncello, clave, órgano, son el delicado marco para acompañar a Orfeo en su travesía entre ninfas, pastores, poses y eternos condenados del infierno. Palabras y música son las armas de su seducción con las que logra conmover al más helado de los corazones. Así Plutón cede a la rara dulzura de sus tiernos lamentos. Orfeo logra vencer a las fuerzas infernales para reunirse con su amada.

El texto aquí presente, deja oculto un hecho fundamental en algunas versiones del mito de Eurídice, la joven ninfa muere al ser picada por una serpiente huyendo del acoso del semidiós cazador Aristeo.
Este hecho que queda de alguna manera enmascarado en la versión de Charpentier, deja latentes los peligros que pueden provocar la seducción y la sensualidad.
La obra que deja a Orfeo en el momento mismo de su retorno al mundo de los vivos junto con su amada, pareciera suspenderse en ese momento feliz, antes del desenlace trágico de la historia.

1 Histórico de funciones
1 Notas relacionadas